viernes, 14 de mayo de 2010

bajo ningún aspecto.

¡Pero no! Retomemos lo dicho o, mejor, reformemoslo. Bajo ningún aspecto uno tiene que bancarse las pelotudeces del otro, no. ¿Acaso uno nunca tuvo un sueño? Concéntrese en realizarlo. Y si su tren ya pasó, no se desespere: espere el que sigue, incluso puede que este sea rápido.
No tiene sentido mirar a los costados, salvo para cruzar. La gente no lo hace.
Si usted se cae, probablemente nadie se acerque y todos sigan su camino. O tendrá alguien el amable gesto de extenderle el brazo y ayudar a que se ponga de pie, pero mientras usted se sacude las rodillas y la parte inferior del saco, el tipo se habrá esfumado, y no le habrá dado tiempo de levantar la mirada y darle las gracias. Así de perplejo se quedará mirando la nada, mientras la gente sigue pasando a su alrededor, y usted queda en el medio como un estorbo, asombrado por lo que le acaba de suceder.
No tiene sentido: esperar que alguien se de cuenta de lo que vale, vivir de ilusiones sin hacer algo por conseguirlas, no luchar por lo que uno quiere, no frenar las injusticias con las que vivimos. Pero lo que menos tiene sentido es vivir amargándose la vida, por eso le aconsejo que sonría, y haga sonreír, y no le de bolilla a reflexiones pesimista como esta.

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