miércoles, 6 de octubre de 2010

Pausa

Sentada como indio, estirándome lo más que puedo, siento el mundo sobre mí. Siento la canción, siento el mundo, y caigo en la cuenta: yo soy yo, y el mundo.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Siento el "te amo" tan inmenso y tan lejano... inalcanzable, como un Brad Pitt de novio con alguien como nosotras.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Iconitoverde

Verte en una foto me hace sentir que todavía te puedo abrazar. Que todavía queda una esperanza. Pero hablarte implicaría tener que escuchar lo bien o mal que estás, que la pasaste anoche, o que salís hoy, o formas de decir las cosas que terminarían en una pelea. Opto por cerrar la ventana.
Cruzarte por la calle y ver cómo realmente sos, tan diferente a cómo te veia yo, me hace sentir tan distante... No quiero borrar esa imagen de mi mente, para contenerme las ganas de hablarte por msn.

domingo, 6 de junio de 2010

extraño ser.

Una nueva ramificación de la especie humana está extendiendo su población cada vez más. Se trata de un especimen muy particular, al parecer similar al hombre stándar, sólo que posee las cualidades negativas un tanto acentuadas.
Este mamífero se alimenta de toda clase de mujeres, sin discriminar, generalmente de las que se encuentran en su hábitat natural, boliches de reggaeton, o las que puede levantarse por msn, aunque no rechaza a las de otros lugares.
Alejandro tiene la peculiar característica de no creer en la monogamia y hacerlo público, reirse de ello y disfrutarlo como su mayor placer. Aunque a veces dice ponerse en pareja, le gusta aparearse con una basta cantidad de humanos del sexo opuesto. Es caradura, suele manifestarse como tipo fachero y seductor, aunque si se lo mira de adentro hacia afuera, sabe cómo hacer para irritarte.
Alejandro no es un tipo más, es uno de esos que suele decirle al humano femenino que la quiere y que está hermosa todos los días, para que mientras se va a retocar al baño pueda chamuyarse a la mejor amiga. Y no, no es típico de hombre. La especie se empeña en no dejar chica sin besar, en que la mayor cantidad posible de mujeres estén con él en algo y se terminen enganchando, para después poder salvarse con la frase con la que se anticipó: "no quiero que te pase nada", o sus versiones: "no quiero nada serio", "tengo novia, y ella es la primera". Hace lo posible para que el sexo opuesto crea que se puede llegar a algo más, solamente con el objetivo de tenerlas todas muertas, y luego, sin tener los testículos suficientes como para afrontar la situación, hacerse el pelotudo. Pero ojo: en cuanto la mujer se descuida y parece haberse olvidado de él, reaparece con algún mensaje de texto.
Sin embargo, la ingenuidad de esta especie hace que no se dé cuenta de que todas sus mujeres pueden llegar a conocerse, y que todo le puede volver.

Aclaración: actualmente hemos encontrado algunas publicaciones donde a este especimen se lo llama "Ignacio".

martes, 1 de junio de 2010

A pesar.

"No quiero ir más al colegio. Prefiero ir a trabajar que por lo menos te pagan" decía el niño, quejándose, a la mañana. ¿Quién no lo ha pensado? En un abrir y cerrar de ojos ese niño se encuentra con unos años más, trabajando 9 horas al día y con un sueño mucho peor. Porque este sueño no son sólo ganas de quedarse calentito en la cama un rato más, trae un plus de cansancio de hace varios días, ya que el niño-adulto ahora va a la facultad una vez que sale del trabajo, y eso le lleva tiempo.
Y mientras antes el problema era tener menos tiempo para salir a la vereda a jugar, ahora es cuándo cornos va a descansar.
Ya no es cantidad de hojas, sino cantidad de libros.
No es tratar de hacer rápido el trabajo en grupo para tomar la leche mirando El Chavo, sino hacer una monografía un viernes a las 3 de la mañana tomando cafeína para no dormirse.
No es llegar a casa a ver qué preparo mamá para almorzar, sino pensar qué vamos a pedir (o calentar algo que sobró de anoche).
No es ponerse a llorar para que el amiguito que vino a jugar a casa no se vaya, es rogar tener un fin de semana libre para ver a los amigos.
No es contar monedas para el recreo, es agarrarse la cabeza para poder pagar la tarjeta de crédito.
Cuando caés en la cuenta de que creciste y no sabés cómo ni en qué momento pasó, te das cuenta que tu vida está llena de responsabilidades, que muchas veces te impiden hacer cosas que tanto querés. Pero eso no es importante. Lo importante es no perder a la gente valiosa que tenés a tu lado. A pesar de todo, y a pesar de los años.

jueves, 27 de mayo de 2010

Me porto bien.

-Sos un histérico.
-¿Por qué me decís eso?- dice sin culpa tras escuchar lo que hasta ese momento nadie se había animado a decirle, y yo me saqué las ganas.

Pasan unos minutos, y el idiota, que esta vez me sorprendió haciéndome esperar solamente 10 minutos, me cuenta su actual historia amorosa:
-Tengo dos novias, pero te confieso que no soy fiel (¡NO! ¿EN SERIO?), las cago en los boliches, o con chicas que me encuentro de vez en cuando.

No se asombre: él es así. Uno a veces cree que se puede hacer cornudo a alguien, un poco, un placer de un ratito, o tal vez tener un amante, pero aquí encontramos un verdadero disfrute en meterle las guampas a su (o SUS) compañías.
Pero esto no es todo. Para satisfacción de la otra parte, el idiota confiesa que allá en el fondo tiene un uso de razón:
-Sé que todo vuelve, y ya me está volviendo. Soy terriblemente cornudo, pero yo me lo busqué.

Escuchar eso es satisfacción femenina.

viernes, 14 de mayo de 2010

bajo ningún aspecto.

¡Pero no! Retomemos lo dicho o, mejor, reformemoslo. Bajo ningún aspecto uno tiene que bancarse las pelotudeces del otro, no. ¿Acaso uno nunca tuvo un sueño? Concéntrese en realizarlo. Y si su tren ya pasó, no se desespere: espere el que sigue, incluso puede que este sea rápido.
No tiene sentido mirar a los costados, salvo para cruzar. La gente no lo hace.
Si usted se cae, probablemente nadie se acerque y todos sigan su camino. O tendrá alguien el amable gesto de extenderle el brazo y ayudar a que se ponga de pie, pero mientras usted se sacude las rodillas y la parte inferior del saco, el tipo se habrá esfumado, y no le habrá dado tiempo de levantar la mirada y darle las gracias. Así de perplejo se quedará mirando la nada, mientras la gente sigue pasando a su alrededor, y usted queda en el medio como un estorbo, asombrado por lo que le acaba de suceder.
No tiene sentido: esperar que alguien se de cuenta de lo que vale, vivir de ilusiones sin hacer algo por conseguirlas, no luchar por lo que uno quiere, no frenar las injusticias con las que vivimos. Pero lo que menos tiene sentido es vivir amargándose la vida, por eso le aconsejo que sonría, y haga sonreír, y no le de bolilla a reflexiones pesimista como esta.

domingo, 2 de mayo de 2010

en varios aspectos.

"El problema no es "la soledad del hombre", ni el carácter ontológico de si es gregario o no, sino un problema de eficencia e interés individual: si al ser humano "le conviene" o no estar con los demás."
en Leyes y sombras de Adam Smith, por José Castillo.


Lo mismo sucede en todos los aspectos de la vida. Cuántas veces dejamos de ver a alguien sólo porque no nos conviene. Nos trae problemas, no la pasamos tan bien, hay que escuchar demasiado, hacer un esfuerzo que creemos que no vale la pena, o simplemente preferimos hacer otra cosa. Y después nos quejamos de no tener un oido, un abrazo, un compañero.
Tal vez ese "aguantar un poco" nos recompense más adelante y nos quedamos con la inmediatez de que todo sigue aparentemente igual. Qué extraño, porque siempre sucede.

miércoles, 14 de abril de 2010

Cómo saber que no soy la mujer perfecta.

No tengo ni un poco de princesa: detesto las prendas de color rosa, los aros en forma de perla y no sé pintarme las uñas correctamente. No uso anillos ni pulseras, y si para alguna ocasión lo hago, trato de evitar que sean dorados.
No me sale caminar con tacos, detesto tener el pelo suelto -y lo bien que hago-, no me gusta el té ni las masas secas, y no puedo ni ver a Luis Miguel.
Sé muy poco de maquillaje, jamás uso base y muy raramente me gusta algo que está a la moda.
Eructo al terminar de comer, me sueno la nariz muy fuerte, no le tengo miedo a destapar un inodoro, y puedo sobrevivir a los peores baños públicos si me estoy muriendo de ganas.
Me encanta estar en ojotas, usar buzos canguros y joggins en invierno y tomar chocolatada caliente leyendo un libro. Sí, ya sé que es imagen de completa solterona, pero todavía no llego a los 20; aunque suele venirme a visitar la situación de una mujer con ojeras, descuidada y sola tomando ron con una mano y sosteniendo el control remoto con la otra, haciendo zapping un sábado a la noche. Y me veo ahi.
No desesperemos, la verdad es que no me da vergüenza ser así, quizá esto empeora la situación, pero no, tampoco estoy orgullosa de no sentirme para nada motivada con ir al gimnasio o ser bastante boca sucia. Lo que destaco es mi desinterés por mirar Rial, por saber nombres -y peleas- de seudo vedettes o por hacer un escándalo de mina caprichosa.
A veces es lindo ser mujer, tenés algunos privilegios como sentarse antes que un hombre en el subte, o que algún cliente no te trate tan mal, pero no tolero tener que intentar ser el prototipo de mujer de sonrisa perfecta, rubia de pelo lacio y largo sin frizz, de maquillaje sobrio porque sos tan linda que no hace falta más, de pancita chata, culo gordo y tetas perfectas, simpática, inteligente y perra en la cama.
No sólo puedo enumerar lo poco que sé cocinar (tartas, salchichas, hamburguesas, ensaladas, pollo, tortas de sobre, arroz, fideos, prepizzas), sino también puedo decir acerca de mí que son contadas las veces planché (las mismas me aburrí), que no guardo la ropa por color, tengo unos cuantos corpiños con los breteles descosidos y casi nunca uso perfume. ¡¿QUÉ SOY?!

martes, 13 de abril de 2010

Tincho.

Noooooooooooooooooo... ¡pero no, Horacio! ¿Que me quede pensando en vos como una estúpida, mientras vos miras fotos de chicas en poses idiotas, haciendose las porno star con sus babuchas blancas? No. Quedate tranquilo que eso no va a pasar.
Tengo a Tincho, o Tinchi, como le digo cariñosamente, que me llama cuando se lo pido y me dice cosas lindas (aunque no lo conozco y sólo mantenemos conversaciones por chat).
"Lindo no es, pero ffffffffffffffffffffffffffeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeo tampoco", me dice una amiga que no quiere verme sufrir por vos. Y lo llamo a Tinchi, lo boludeo un rato, me le hago la enamorada para que me quiera, para crear un amor, un amor que vos no me diste y tal vez él, un poco más feo pero con actitud de sexy, me quiera dar. Y conversamos, le hago sonar el celu para que me devuelva la llamada y así comenzar una charla linda y cuasi romántica, pero romántica de voces nada más, porque no nos vemos.
¿Cuánto más iba a durar esta farsa que le hago creer, a la distancia? Horacio, yo te quiero mucho, pero él me da lo que vos no. Ah, ¿si? ¿No me vas a dar bola? Listo, me voy con Tinchi, y te vas a querer matar.
Lo decidí, lo hice por mí, y sí, Horacio, me encontré con Tincho. Me pasó a buscar por la pizzería en AUTO, si, transporte que vos no tenés, vestido de camisa, que vos no usás, y con su mejor sonrisa de conquistador. Perfecto. Perfecto si analizamos sólo eso, y si dejamos de lado su estatura 1,20, sus dientes torcidos y sus comillas hundidas en los cachetes, que le hacen cara de ratita. Ahi mismo lo tuve, frente a frente: el resentimiento cara a cara, encarnado en una persona que quise utilizar de enamorado para deshacerme de vos en pensamiento, y así me fue.

Ahora lo que me queda en duda es si yo soy tu resentimiento para deshacerte de alguien también.

martes, 30 de marzo de 2010

el arte está en las calles, y no en tu habitación.

domingo, 21 de marzo de 2010

Sí, Oficial?

Por favor le pido Señor Oficial, no me censure los besos, porque en ellos expreso la poca pasión que hay en mí por cosas de este tipo -que sin embargo es mucha-. Por favor se lo pido, porque aunque mi mente vuela y sueña con invitarlo a cenar, a ella no la censuro.
Señor Oficial le pido por favor que no me lleve, que sigo siendo chica a pesar de intentar tener una relación madura, y de encontrar poco de esto en el otro. Le pido que entienda mi desilusión a diario, que relleno con pensar que lo tengo a mi lado.
Usted lo entendería si del lado izquierdo de su pecho llevara un corazón en vez que una placa, si fuera gamba y me dijera que vayamos a la otra cuadra a charlar donde nadie nos va a molestar.
Se lo ruego Señor Oficial, no me censure los besos. Pero igual le doy las gracias.

viernes, 19 de marzo de 2010

Vagamundo

Ellos, tirados en las calles, tapados con lo que pueden, muertos. Muertos de frío, de hambre, de calor, de angustia, de cansancio, de estar alejados de lo salubre. Muertos.

martes, 9 de marzo de 2010

VAGOnes.

Nuestro vagón está en plena oscuridad, pero es una oscuridad pacífica, porque desde las ventanillas podemos ver una ciudad que se va apagando con el correr de las horas y la entrada de la noche. Ellos, los del vagón siguiente, se encuentran plenamente iluminados, en movimiento, leyendo el diario que salió calentito esta mañana, sumergidos en un libro o en la letra de alguna canción de su reproductor "mp...tanto". A pesar del cansancio, la luz les permite seguir vivos, seguir construyendo su futuro. Ellos están bien.
De este lado de la oscuridad se duerme, o se mira con miedo pasar a algunos cartoneros. Pero nadie se preocupa, nadie se interesa por ir hacia la luz. No sentimos bien sin querer aprender.

domingo, 21 de febrero de 2010

Odisea de una viaje a casa.

¡Excelente! Es Viernes, llueve, pero viene poca gente al local, comemos facturas y miramos Los Simpsons. ¡Faltan 10 para irse! Cerramos caja, hacemos el stock pero me había olvidado de hacer una nota de crédito, así que a ponerse a arreglar mi cagada. En medio de eso, no paraban de llegar mensajes como: "No hay subtes, ¿cómo vas a volver?", "Mirá que la línea D no anda, te podés tomar el B.", "¡El tránsito está como loco! ¡Esto es un caos! La estación Palermo está inundada", "El subte D anda hasta Agüero, tomate el bondi", "Andan todos menos el B, pero fijate, no sabés cómo está el tránsito!", "Está todo cortado, ¿cómo vas a viajar?", "Creo que el subte que te tomás vos no anda", y cientas de recomendaciones, consejos y exageraciones que era tan fácil de resolver como decir: "No anda el subte, me tomo el 105 o el 146 :)". En fin, fue bajar del ascensor y que los de seguridad digan "No anda la línea B, y la D hasta Agüero", salir a la puerta y chocarse con unas escaleritas que arriban tienen un cartel con forma de círculo verde que dice SUBTE, que decía que la B no andaba. Gracias igual (al cartelito, por informarme qué pasaba jaja). No hacía falta más que levantar la mirada para ver la cuadra de cola para el 146, y pensar inmediatamente en ir a la parada del 105, que tenía una cola de la misma distancia, y que atrás mío seguía más de media cuadra más. Copado estar en musculosa y chatitas abajo de la lluvia, mientras el de al lado tuyo tiene una sombrilla de paraguas, y caen bolones de agua del cielo. -"Cientocinco x Santos Lugares, ¡buenísimo!", SÍIIIII, Y VOS TE PENSÁS QUE EN UN COLECTIVO ENTRA 1 CUADRA Y MEDIA DE COLA DE GENTE, JA JA. Ok, 20 minutos más... 105 x Santos Lugares... no paró. "Bueno, no pasa nada, si igual ya estoy toda mojada...", claro, pero si es el 3er 105 que pasa y no te podés subir, SÍ PASA, porque encima mi amigo el bondi iba vacío.
Ocho y cinco de la noche, sí, sí, una hora y pico después, se asoma a lo lejos un colectivo con el mismo número que yo necesitaba tomarme, lástima que era "Por Golf"... YA FUE! Llego mañana sino.
Ahora te digo que es muy cómodo viajar apoyándose en la puerta de entrada, tener una mochila clavada en la cintura y un tupper en tu cartera que larga un olor a tortilla de acelga que te está matando. Pero yo creo que de la gente que tenía a mi alrededor, la gorda del olor a chivo, la vieja que jugaba al tetris en el Blackberry, el nene diciendo "Má, ¿cuánto falta?" y otros personajes, la que se lleva todos los premios era la mina obsesiva que quería viajar al lado de su novio en un bondi donde estaban los vidrios empañados del calor humano que había adentro. Noooo! Estoy equivocada, los que se llevaron todos los premios fueron la señora de traje y el tipo de camisa y corbata que mantuvieron la siguiente elegante conversación con el colectivero:
Señora: -CHOFEEEEEEEEERRRRRRRRRRR ABRE LA PUERTA PORRRR FAVORRRRRRR?!?!?!?!
Chofer: -Ahí le abro señora, pero estamos en el medio de la calle, no le puedo abrir acá, ahí arrimo el colectivo.
Señora: -MIRA LA HORA QUE ESSS, ES VIERNES A LA NOCHE Y TENGO QUE VIAJAR EN ESTE BONDI DE MIERRRRRRRRRDA DE ESTA FORRRMAAA
Señor(pasajero eh): -BUEEENO SI ES UN BONDI DE MIERDA ANDATE EN AUTO
Señora: -PORRRQUE NO ME LO COMPRÁS VOS LA PUTA QUE TE PARIÓ?
Señor: -NO TE QUEJESSS LOCO TODOS VENIMOS DE LABURAR Y NOS QUEREMOS IR A NUESTRAS CASAS CHE
Señora: -PERO CALLATE PELOTUDO DE MIERDAAAA
Demás pasajeros: -uuuuuuuuuuuhh.
La travesía continúa con la primera parada del colectivo, donde gente que estaba abajo quería entrar (no sé donde, porque verdaderamente no entraba ni un pelo más), y se empezó a trepar por el parabrisas y a golpear todas las puertas. Todo muy civilizado, claro. Creo que si no abrían la puerta de atrás para que suban ya no había más bondi.
Calle inundada, por ende, el agua entraba por la puerta, por ende me lavé las patas con un poco de agua de lluvia... Así que el colectivo se desvía, pero por ahí estaba la luz cortada y no se veía más que la luz del bondi. Ahora sí, LO QUE FALTABA: cacerolazo porque los vecinos no tenían luz, en medio de una avenida, con el tránsito que había, lloviendo y sin que funcionen los semáforos. ¡Excelente! Es Viernes, llueve... etc.
Sintetizando, como pudo la gente fue llegando a destino, me hablé con una viejita re copada, y tardé nada más que 2:40 hs en llegar. Gracias Buenos Aires, por hacerme conocer la verdadera aventura. (conchadesumadre)

miércoles, 3 de febrero de 2010

TRES -

Tomo mates con tu sonrisa, hasta que aparecés en real. Da la casualidad que vuelco la yerba.

miércoles, 27 de enero de 2010

Algo de vos me quisiera llevar.

...y un próspero año nuevo.

Las dos agujas se superponen, uno junta su copa e inevitablemente reflexiona. Los propósitos se venían meditando hace tiempo, aceptémoslo, uno cree que porque al escribir la fecha le sumamos un número más, se vuelve a empezar. Que un cuaderno se cierra, se da por concluido y se comienza a escribir en uno nuevo que nada tiene que ver. Como si un insignificante numerito hiciera desaparecer las infinitas variables que nos determinan.
Como si dejar de decir "dosmilnueve" para decir "dosmilDIEZ" borrara nuestras huellas digitales, las cosas que sentimos, los pasos que caminamos, las cartas que escribimos, los besos que dimos, las cosas que sentimos, los sueños que tuvimos. Todo eso se termina... ¿y ahora?
¿De un segundo a otro nos vamos a un lugar donde no conocemos a nadie que nos determine, donde tenemos una cultura totalmente diferente, donde hace falta volver a formar nuestro pensamiento y nuestras costumbres como para comenzar una vida nueva? No.
Proponerse cambiar de forma radical es realmente estúpido y verdaderamente imposible. Podemos tal vez, intentar mejorar, modificar malas costumbres, crecer, pero acá es donde el tiempo juega el papel más importante, el que lamentablemente de a poco nos lleva a lograr nuestro objetivo.
De todas formas, no está mal intentarlo...